La verdad sobre la sal: Lo que debe saber para proteger su salud

La sal, antiguamente conocida como «oro blanco», se utilizaba para pagar el trabajo y se vendía por más que la carne de vacuno. Hoy en día, la sal de cocina es barata y se encuentra fácilmente en cualquier tienda, y sin embargo muchas personas la evitan como a la peste. ¿Por qué algunos médicos aconsejan utilizar la sal lo menos posible, mientras que otros perciben «no salar lo suficiente» como un deseo de muerte? En este artículo exploraremos el controvertido tema del consumo de sal, sus beneficios y riesgos, y cómo consumirla con moderación.

La importancia de la sal en nuestra dieta

Desde un curso básico de química, sabemos que la sal de mesa se compone de dos átomos: un átomo del gas cloro y el metal sodio. Esta combinación inestable es increíblemente fuerte y fácilmente asimilable por los seres humanos.
El cuerpo humano contiene aproximadamente 250 gramos de sal, lo que puede llenar 3-4 saleros estándar. La sal está presente en todos los fluidos corporales, incluidos la linfa y el líquido intercelular, el jugo gástrico, el sudor y las lágrimas. Por lo tanto, la idea de que «la vida es imposible sin sal» es un hecho indiscutible. La experiencia de nuestros antepasados demuestra que podemos morir sin sal.
El cuerpo humano no puede sintetizar la sal, por lo que debemos obtenerla de los alimentos. La sal desempeña un papel crucial en muchas funciones corporales, como mantener el equilibrio adecuado de líquidos, transmitir impulsos nerviosos y ayudar a nuestros músculos a contraerse y relajarse.
Sin embargo, un consumo excesivo de sal puede provocar problemas de salud como hipertensión arterial, accidentes cerebrovasculares y cardiopatías. La Organización Mundial de la Salud recomienda que los adultos no consuman más de 5 gramos de sal al día, pero muchas personas consumen mucho más que eso debido a la sal oculta en los alimentos procesados y en las comidas de los restaurantes.
En las siguientes partes de este artículo, exploraremos dónde se esconde la sal en nuestros alimentos y cómo reducir su consumo para llevar una vida más sana.

La tentación mortal: Cuánta sal necesitamos para nuestra salud?

Sabía que la mayor parte de la sal que se produce en el mundo no se utiliza para la alimentación? Según las estadísticas, sólo se consume el 6% del «oro blanco», mientras que el resto se destina a usos industriales. Más del 17% de la producción mundial de sal se destina al deshielo de las carreteras durante los meses de invierno. ¡Y eso sólo durante un año!
Pero lo que más nos interesa es la sal que consumimos en nuestros alimentos. ¿Qué puede hacer por nuestro organismo? La ingesta diaria de sal recomendada para el crecimiento, el desarrollo normal y el funcionamiento del ser humano es de aproximadamente una cucharadita al día. Si utilizamos cifras exactas, son 2300 mg según la Organización Mundial de la Salud.
Puede parecer una cantidad pequeña, y podemos consumir fácilmente esa cantidad sin ningún daño. Sin embargo, la verdad es que consumimos mucho más de lo que necesitamos, y le sorprendería saber cuánto.
Calcular tu consumo real de sal sólo es posible si consumes únicamente alimentos caseros que preparas tú mismo. La mayoría de los alimentos que nos gustan están sobrecargados de sal, y ni siquiera somos conscientes de ello!

Cuidado!
Estudios recientes realizados por científicos estadounidenses han demostrado que el estadounidense medio supera en seis veces la ingesta máxima de sal recomendada. La gente ha aprendido a obtener placer de la comida no sólo salada, sino excesivamente salada.
¿Sabía que una forma de suicidio ritual entre la aristocracia de la antigua China consistía en consumir una gran cantidad de sal? Bastaba con consumir 1 gramo del aditivo blanco por kilogramo de peso corporal, y el resultado era mortal.

Estrategias para reducir el consumo de sal

Sin embargo, reducir el contenido de sal en los productos no es sólo responsabilidad de los fabricantes de alimentos. También corresponde al consumidor elegir con más conocimiento de causa lo que come. Al hacer la compra, es importante prestar atención a las etiquetas de información nutricional de los productos y elegir aquellos con menor contenido en sal. Cocinar en casa también es una buena manera de controlar la ingesta de sal, ya que las comidas caseras suelen tener menos sal que los alimentos procesados. Además, es importante ser consciente de las formas furtivas en que la sal puede esconderse en los alimentos. Por ejemplo, los alimentos enlatados y envasados suelen contener grandes cantidades de sal como conservante, mientras que los condimentos como el ketchup y la salsa de soja pueden estar cargados de sal. Incluso alimentos aparentemente sanos como las ensaladas pueden contener altos niveles de sal en sus aliños. En conclusión, la sal es una parte esencial de nuestra dieta, pero como cualquier otra cosa, debe consumirse con moderación. Si tenemos en cuenta el contenido de sal y tomamos decisiones más saludables, podemos reducir el riesgo de sufrir problemas de salud asociados a un consumo excesivo de sal.

Si cree que renunciar al exceso de sal es imposible, se equivoca. La clave está en ser creativo. En 2010, Taco Bell, una cadena internacional de comida rápida, redujo en secreto el contenido de sal de sus 150 locales hasta en un 23%. La proporción especificada de sal se sustituyó por especias y condimentos. Dos meses después, se resumieron los resultados del experimento. Resultó que los clientes de los restaurantes ni siquiera notaron la diferencia.

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Cómo reducir el consumo de sal: Consejos y trucos

Aunque la sal es un ingrediente importante en nuestra dieta, su consumo excesivo puede tener efectos negativos para la salud. Aquí tienes algunos consejos para disfrutar de la comida sin pasarte con la sal:

  • Elija alimentos frescos, como carne, aves y pescado, que no suelen estar condimentados con sal por el fabricante.
  • Busque platos precocinados marcados como «sin sal» y compruebe en la etiqueta el contenido en sal de otros productos como el requesón para bebés o la mantequilla.
  • Compra frutos secos, pipas de girasol y otros aperitivos sin procesar, y hazte tus propias patatas fritas y palomitas para controlar la cantidad de sal.
  • Añada sal a la comida mientras la cocina, no en cada plato, lo que, según los estudios, puede reducir la ingesta de sal en general.
  • Entrénese para evitar añadir sal extra a sus comidas, ya sea en casa o cenando fuera.
  • Considere opciones de sal más saludables, como la sal marina natural, la sal rosa del Himalaya o la sal francesa.
  • Experimente con especias, hierbas y condimentos para añadir sabor y variedad a sus comidas.
La verdad sobre la sal: Lo que debe saber para proteger su salud

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